Washington, 5 de mayo de 2025 (EFE) — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este domingo que ha ordenado la reapertura y ampliación de la emblemática prisión de máxima seguridad de Alcatraz, clausurada desde hace más de seis décadas, con el objetivo de encarcelar a los delincuentes “más violentos” del país.
La medida, revelada a través de un mensaje en su cuenta de Truth Social, instruye a la Oficina Federal de Prisiones (BOP), en coordinación con el Departamento de Justicia, el Departamento de Seguridad Interna y el FBI, a ejecutar el plan para reactivar la famosa prisión ubicada en la isla de Alcatraz, frente a la costa de San Francisco, California.
“Ya no toleraremos a esos delincuentes reincidentes que siembran la podredumbre, el derramamiento de sangre y el caos en nuestras calles”, declaró Trump, quien justificó la decisión como parte de su nueva política de “tolerancia cero” contra el crimen.
Alcatraz operó entre 1934 y 1963 y se hizo mundialmente conocida por albergar a criminales de alto perfil, como Al Capone. Su cierre oficial se debió a los elevados costos operativos, estimados entre 3 y 5 millones de dólares anuales, y a su deterioro estructural. Desde entonces, la prisión se convirtió en una popular atracción turística y un ícono cultural.
En su mensaje, Trump también dejó entrever que la reapertura de la prisión podría incluir el traslado de inmigrantes indocumentados con antecedentes criminales. “No seremos rehenes de criminales, matones y jueces que temen hacer su trabajo y nos impiden expulsar a delincuentes que ingresaron ilegalmente a nuestro país”, añadió.
El anuncio se produce en un contexto de creciente controversia por las políticas migratorias del presidente, quien previamente propuso enviar inmigrantes con supuestos vínculos criminales a la base naval de Guantánamo. En marzo pasado, más de 200 migrantes, en su mayoría venezolanos, fueron enviados por EE.UU. a la megacárcel Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en El Salvador, lo que ha desatado una ola de demandas por presuntas violaciones a los derechos humanos.
La reapertura de Alcatraz marcaría un hito en la política penitenciaria del país y reaviva el debate sobre el uso de cárceles de alta seguridad en medio de las tensiones migratorias y el combate al crimen organizado.