Un reciente estudio de la UNESCO publicado este martes ha destacado la creciente preocupación sobre la desinformación en las redes sociales, revelando que más de la mitad de los influencers digitales no verifican la información antes de compartirla con sus seguidores. El estudio, que entrevistó a 500 creadores de contenido de más de 1.000 seguidores en 45 países, reveló que un alarmante 62% de los encuestados admite no verificar la veracidad de la información que difunde.
Este hallazgo subraya los riesgos de que figuras de gran influencia en plataformas como Instagram, YouTube y TikTok, sin formación formal en verificación de datos, puedan difundir información errónea. Aproximadamente un tercio de los influencers dijo que compartían contenido sin validar su fuente o credibilidad, mientras que solo el 37% recurría a sitios especializados de verificación de datos antes de publicar.
El estudio también reveló que, en lugar de verificar la información, muchos creadores de contenido basan su evaluación de la credibilidad de una fuente en la popularidad de la misma, observando la cantidad de "me gusta" y vistas que tiene. Solo un 17% de los encuestados se enfocan en documentación y pruebas al considerar la fiabilidad de las fuentes.
La UNESCO advirtió sobre las implicaciones de esta falta de rigor en la verificación, especialmente en contextos de alta exposición pública, como las recientes elecciones presidenciales en Estados Unidos. Los influencers jugaron un papel clave en movilizar a los votantes, lo que pone de relieve la importancia de la responsabilidad en la difusión de información.
El informe también señala que, si bien los influencers no están sujetos a las mismas obligaciones que los periodistas, como la divulgación de la financiación o la fuente de sus contenidos patrocinados, la opacidad del sector digital aumenta los riesgos de desinformación. Solo el 53% de los influencers encuestados reveló que su contenido era patrocinado, y un 7% admitió no hacerlo de manera transparente.
La UNESCO hace un llamado urgente para mejorar la alfabetización mediática y de la información de los creadores, con el fin de reducir la propagación de desinformación y fortalecer la confianza del público en los medios digitales.