Santo Domingo, R.D. – Gregory Arias, ex empleado de la discoteca Jet Set, ofreció un conmovedor testimonio público en el que desmintió versiones divulgadas por figuras como Tolentino y Antonio Espaillat, al tiempo que reveló tener pruebas sobre lo ocurrido en la tragedia que afectó al icónico centro de entretenimiento nocturno.
Arias, quien trabajó desde 2018 como encargado de logística, reservaciones y camarero del establecimiento, narró con voz entrecortada cómo su vida cambió tras el siniestro. “Desde ese día no soy el mismo. Perdí compañeros, amigos, y parte de mi alegría. No puedo escuchar música, no puedo trabajar, solo quiero estar tranquilo”, expresó.
El exempleado hizo responsables directos a miembros de la familia Espaillat de cualquier daño que pueda sufrir en el futuro: “Si desaparezco, si me pasa algo, ya sea un accidente, atraco o intercambio de disparos, hago responsable públicamente a esa familia. No tengo intención de hacerle daño a nadie, solo quiero que se conozca la verdad”.
Gregory asegura que no ha concedido entrevistas a periodistas ni ha negociado con medios, desmintiendo una supuesta reunión con el comunicador Tolentino: “Nunca he hablado con él, y si lo hizo fue con otra persona. Yo no he dado entrevistas. Solo el comunicador Bolí fue a mi casa, sin cámaras, con un pastor a orar”.
El extrabajador lamentó la forma en que los empleados fueron desvinculados tras el cierre del local, señalando que firmaron descargos sin comprender completamente su contenido: “Después de todo lo que dimos, nos pagaron con silencio y papeles que nos obligaron a firmar sin opciones”.
Con lágrimas y visible dolor, recordó a sus compañeros fallecidos y cuestionó la falta de humanidad en la gestión posterior a la tragedia: “Todo se ha enfocado en los clientes y la economía, pero olvidaron a quienes trabajábamos ahí por necesidad, quienes también perdieron la vida”.
En su declaración final, Arias pidió justicia no para él, sino para las familias afectadas: “Espero que la justicia dominicana deje a un lado el poder económico y actúe. Que no se compre el silencio. Que se sepa la verdad. Una vida no se paga con dinero”.
Con firmeza, pidió a las autoridades actuar con ética y humanidad: “Es momento de ser más humanos y menos amantes del dinero. Que esta tragedia deje una lección, no solo para quienes estaban ahí, sino para todo un país”.