Ciudad del Vaticano, 23 de abril de 2025 (EFE) – El Papa Francisco ha aprobado una profunda reforma en los rituales funerarios de los pontífices, introduciendo medidas orientadas a la simplificación y a una mayor expresión de la fe cristiana en la resurrección. Las modificaciones están contenidas en la nueva edición del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, publicada hoy, y aprobada el 29 de abril de 2024.
Entre las principales novedades se encuentra la verificación de la muerte en la capilla privada en lugar de la habitación, el depósito inmediato del cuerpo en el ataúd, la exposición sin catafalco y la eliminación de la tradicional triple caja funeraria de ciprés, plomo y roble. Estas decisiones responden al deseo del Papa de dar un carácter más pastoral y menos protocolar al funeral de un pontífice.

“El rito renovado debía subrayar aún más que el funeral del Romano Pontífice es el de un pastor y discípulo de Cristo, y no el de un hombre poderoso de este mundo”, explica el nuevo documento litúrgico.
Posible cambio de lugar de entierro
Otra de las novedades introducidas es la posibilidad de inhumar al papa fallecido en un lugar distinto a la basílica vaticana, algo que Francisco ya había adelantado al manifestar su intención de ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma.
Transformaciones en las ‘tres estaciones’ del funeral
Se mantienen las denominadas “tres estaciones” del funeral papal, aunque con ajustes sustanciales:
- Primera estación: La constatación del fallecimiento se realizará en la capilla privada. El cuerpo será colocado directamente en un único ataúd de madera con revestimiento interior de zinc, suprimiendo el traslado previo al Palacio Apostólico.
- Segunda estación: Al haberse depositado ya el cuerpo en el ataúd tras la constatación de la muerte, este será cerrado la víspera de la misa exequial. La exposición del cuerpo en la Basílica Vaticana se realizará sin catafalco ni el tradicional báculo papal.
- Tercera estación: Durante el traslado y entierro, se elimina la práctica de usar tres ataúdes (ciprés, plomo y roble), optando por un único féretro, en consonancia con los funerales episcopales.
Otros ajustes ceremoniales
En las celebraciones litúrgicas, se emplearán títulos más sencillos como “Papa”, “Obispo de Roma” y “Pastor”, omitiendo expresiones como “Romano Pontífice”. Además, se suprime la figura colectiva de la “Cámara Apostólica”, aunque se mantiene el rol del camarlengo como responsable de la gestión durante la Sede Vacante.
Con esta reforma, el Papa Francisco continúa su línea de despojar la figura papal de elementos de poder y solemnidad excesiva, reforzando en cambio su dimensión pastoral y humana.