Política. -El 3 de septiembre del 2020, a pocos días de asumir el mandato, el presidente Luis Abinader fue recibido por Leonel Fernández en su despacho de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode). Ambos fueron rivales en las elecciones de ese año, pero unieron ideas para enfrentar la crisis sanitaria del COVID-19.
Cuatro años más tarde, Abinader solicitó otra visita al expresidente Fernández con la intención de socializar las reformas que busca aprobar y la posible modificación de la Constitución, pero esta vez fue rechazada. Primero, por una alegada gripe de Fernández, y luego el partido la aplazó abiertamente y sin fecha.
¿La razón? La Dirección Política de la FP, en su primera asamblea luego de los comicios, sugirió a Fernández el aplazamiento del encuentro hasta que se analicen unas elecciones que el órgano califica de “accidentadas”.
Esa actitud fue criticada por la Presidencia. Su vocero Homero Figueroa dijo que “el país espera de sus líderes la capacidad de sentarse a dialogar y buscar soluciones consensuadas a los desafíos que enfrentamos».
La intención de Abinader y el plan de la FP
En el certamen electoral del pasado 19 de mayo, el Partido Revolucionario Moderno (PRM) dio un golpe de autoridad en la mesa: además del arrollador triunfo de Abinader, logró 29 senadores de 32 y 146 diputados de los 190 que conforman esa cámara. Es un control que le otorga luz verde para modificar la Constitución y aprobar leyes orgánicas y ordinarias sin consultar con legisladores de otros partidos.
Sin embargo, el oficialismo no quiere ego y Abinader desea usar el poder “con mucha prudencia”, según dijo en un discurso con los dirigentes electos. «Este poder que tenemos, que este deseo de la población dominicana de que hagamos estos cambios, lo hagamos juntos», planteó el mandatario.
En ese sentido, dijo que comenzará las consultas con todos los sectores, incluyendo el político, para las reformas pendientes y así como lo que llama el «blindaje de la Constitución».
No obstante, la FP, que logró más de un millón de votos, muy por encima a los 233,538 del 2020, no está en esa actitud y ha adelantado que jugará su rol como segunda fuerza opositora sin esperar la tradicional tregua de 100 días.
El dirigente Manolo Pichardo acusa al Gobierno de supuestamente usar los recursos del Estado en campaña, así como «comprar» dirigentes contrarios y negar la entrega de recursos a los partidos a tiempo. Todo esto pasó “mientras ellos navegaban en sus anchas con el dinero público”.
La FP ha dicho que su postura es estar del lado del pueblo y que la reforma (fiscal) no puede tocar los bolsillos de la mayoría. Además, advierte que la Constitución no se puede tocar, debido a que no conocen los motivos.
A juicio del dirigente, el Gobierno tomó dinero prestado para «comprar las elecciones», por lo que la Fuerza del Pueblo no se prestará para aprobar la reforma fiscal, que, a su entender, sería “muy dolorosa para el país”.
Por eso, la Dirección Política pospuso el encuentro de Fernández con el mandatario, sostuvo Pichardo. Dijo que si el oficialismo tuvo el valor de cometer esas anomalías, también debe tener el valor de enfrentar los desafíos que se avecinan.
“En esa aventura, nosotros no podemos acompañar a Luis Abinader”, indicó.
Aclaró, además que su oposición será responsable y que apoyarán las medidas que favorecen al pueblo.
“Guerra anticipada”
El politólogo Jesús Bueno entiende que el motivo del rechazo de Fernández pudo haber sido por las acusaciones vertidas en la campaña en contra del presidente electo, como la de supuestamente dirigir un «narco gobierno, corrupto de funcionarios incapaces y de endeudar cuatro veces más el país que los gobiernos anteriores».
El también abogado considera que la postura de Fernández “es la declaración de guerra anticipada” entre el PRM y la FP y reconoce que Fernández fue “descortés al rechazar el encuentro, mientras que Abinader tuvo un gesto de buena voluntad, porque tiene la mayoría en el Senado».
Expresa que lo ideal sería consensuar las ideas en beneficios de la población. No obstante, reconoce que de declararle la guerra, no habrá ningún acuerdo.