Nueva Delhi, Un tribunal penal en Bangladés ha dictado este miércoles una sentencia de seis meses de prisión contra la ex primera ministra Sheikh Hasina por desacato a la Corte. Esta decisión marca el primer fallo judicial en su contra tras las revueltas que culminaron con su renuncia en 2024.
El tribunal determinó que un comentario realizado por Hasina había interferido en los procedimientos judiciales en curso, relacionados con la represión de las manifestaciones que llevaron a su dimisión el pasado 5 de agosto. Desde entonces, se cree que la ex primera ministra se encuentra en India, aunque su paradero exacto se mantiene en secreto.
El fiscal jefe de Bangladés, Mohammed Tajul Islam, declaró que Hasina enfrentará un arresto inmediato si regresa al país sin entregarse voluntariamente para cumplir su pena. La controversia surgió de una conversación filtrada en la que Hasina insinuó tener una "licencia para matar" a 227 personas, comentario que se viralizó en redes sociales, y fue percibido como un intento de obstrucción a la Justicia.
El Tribunal Penal Internacional de Bangladés (TPI) ya había acusado a Hasina el 1 de junio de cometer crímenes contra la humanidad, sumándose a otros cargos que enfrenta. Este tribunal, fundado en 2009, se dedica a investigar y procesar crímenes de guerra y contra la humanidad, especialmente aquellos vinculados a la Guerra de Liberación de 1971.
Sheikh Hasina también enfrenta dos casos adicionales en el TPI. Uno de ellos implica su presunta participación en desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales durante su mandato con la Liga Awami. El otro está relacionado con los asesinatos durante la protesta de Hefazat-e-Islam en 2013.
Durante su mandato a partir de 2009, Hasina fue una figura central en la política de Bangladés. Sin embargo, su administración enfrentó críticas severas por la represión de las protestas estudiantiles en 2024, que surgieron como reacción a un sistema de cuotas de empleo polémico. La violencia durante estas manifestaciones llevó a su renuncia el 5 de agosto, y un gobierno interino liderado por el nobel de la Paz Muhammad Yunus asumió el poder el 8 de agosto.
En un informe de febrero, la ONU estimó que unas 1,400 personas murieron durante la llamada "revolución de julio", un trágico episodio que sigue teniendo repercusiones en la política y la justicia de Bangladés.