Bangkok, Tailandia – En un avance significativo para la seguridad pública, la Real Policía de Tailandia ha presentado oficialmente al ‘Cíborg Policial con IA 1.0’, el primer robot policía del país equipado con inteligencia artificial. Este desarrollo busca fortalecer las tareas de vigilancia en zonas de alta concentración de personas, aunque no ha estado exento de controversia.
El robot, cuyo nombre oficial es “Coronel de Policía Nakhonpathom Plod Phai”, ha sido diseñado por el Comando Provincial de Policía 7 en colaboración con entidades locales. Su objetivo principal es actuar como un multiplicador de fuerza, brindando vigilancia constante y apoyo táctico a los agentes humanos.
Entre sus funciones destacan:
- Acceso y monitoreo en tiempo real a cámaras de seguridad.
- Control de drones para vigilancia aérea.
- Visión de 360 grados para cobertura completa.
- Reconocimiento facial y detección de armas.
- Análisis de comportamientos sospechosos y emisión de alertas automáticas.
Conectado directamente a un centro de Comando y Control, el robot puede operar de manera coordinada con las autoridades locales para una respuesta rápida ante incidentes.

Sin embargo, el anuncio ha generado dudas sobre su efectividad, ya que el diseño mostrado revela una base fija con ruedas, lo que podría limitar su desplazamiento autónomo y reducir su capacidad de acción en entornos dinámicos.
A nivel internacional, iniciativas similares han enfrentado obstáculos. Ejemplos como el robot Knightscope K5 en Nueva York y otros modelos en California han demostrado que la tecnología por sí sola no garantiza resultados positivos, especialmente cuando hay problemas de movilidad o de interacción con la ciudadanía.
El despliegue de este robot también ha reabierto el debate sobre el uso de inteligencia artificial en la vigilancia pública, en particular por el uso de reconocimiento facial y la recopilación de datos, lo que plantea preocupaciones sobre la privacidad y los derechos civiles.
La Real Policía de Tailandia ha señalado que este proyecto aún se encuentra en fase experimental. Su futura implementación a gran escala dependerá tanto de sus capacidades técnicas como de la aceptación social y la regulación ética que lo acompañe.
Con esta apuesta, Tailandia se suma a la tendencia global de explorar soluciones tecnológicas en el ámbito de la seguridad, aunque el verdadero desafío será encontrar el equilibrio entre innovación, eficacia y respeto por los derechos humanos.