Santo Domingo. La población dominicana ha recibido con buenos ojos la disposición del Gobierno de declarar estado de emergencia nacional ante los estragos provocados por la tormenta tropical Melissa, valorando la medida como necesaria para proteger vidas y agilizar la asistencia en las provincias más afectadas.
Sin embargo, entre ciudadanos y sectores sociales persiste la preocupación de que la situación sea utilizada para gestionar nuevos préstamos internacionales, temiendo que los fondos no se traduzcan en acciones concretas ni mejoras visibles en las comunidades impactadas.
Residentes de distintas zonas señalaron que, aunque confían en la intención humanitaria del Gobierno, el país ha vivido experiencias anteriores donde los recursos aprobados en emergencias desaparecen sin rendición de cuentas.
Aun así, la mayoría considera que la decisión de activar los protocolos especiales y movilizar a las instituciones públicas demuestra responsabilidad y sentido de urgencia ante la amenaza del fenómeno.
La población espera que, en esta ocasión, las autoridades garanticen transparencia, fiscalización y resultados reales, asegurando que cada ayuda llegue a quienes más lo necesitan y que los fondos no se pierdan “entre papeles y promesas”.
