Ciudad de México / Bogotá, 2 de junio de 2025 — La creciente sofisticación de las redes criminales en América Latina ha dado paso a una figura clave en la economía ilícita global: los brokers del lavado de activos. Estos intermediarios —muchos provenientes de sectores financieros y empresariales formales— se han convertido en los arquitectos financieros del narcotráfico, diseñando complejos esquemas de legitimación de capitales que cruzan fronteras, manipulan mercados y corrompen instituciones.
Los recientes casos de alto perfil, como la desarticulación de la red Brokers en Colombia, que movilizó $98 millones de dólares, y la captura del broker chino-mexicano Zhi Dong Zhang, vinculado al Cártel de Sinaloa, evidencian el grado de penetración de estas redes. Zhang operaba una sofisticada logística transnacional que incluía importación de precursores químicos desde Asia, triangulación financiera con criptomonedas y blanqueo de utilidades mediante inversiones inmobiliarias de lujo en México.
Este nuevo perfil criminal opera bajo la fachada de empresas legítimas en sectores como comercio exterior, marroquinería o exportación de alimentos. Casos como el del broker colombo-australiano conocido como Four —quien utilizó compañías de pescado seco para camuflar droga y lavar dinero entre 2019 y 2021— muestran cómo se infiltran en cadenas legales de suministro, falsifican documentación y corrompen estructuras aduaneras.
En México, Colombia y otros países de la región, estas redes han desplazado a negocios legítimos con productos por debajo del costo real, distorsionando los mercados e inyectando capitales ilícitos en la economía formal. A nivel financiero, empleados bancarios y contadores públicos han sido cooptados para validar operaciones ficticias, manipular alertas y evitar auditorías.
El fenómeno no se limita a Latinoamérica. La operación Fortune Runner en California reveló una red de lavado vinculada a mafias chinas y al Cártel de Sinaloa, que utilizaba métodos sofisticados como códigos cifrados en bolsas de regalo y transferencias electrónicas entre cuentas offshore en Asia, sin mover físicamente el efectivo.
Frente a esta amenaza, expertos y autoridades internacionales llaman a reforzar la cooperación transnacional. Casos como la Operación Ironside en Australia, que utilizó inteligencia artificial y bases de datos compartidas para desmantelar redes criminales, muestran la efectividad de un enfoque moderno e integrado. También se propone endurecer la regulación financiera, implementar auditorías obligatorias a socios comerciales y establecer responsabilidad penal para profesionales que faciliten estos esquemas.
La aparición de brokers independientes y la fragmentación de los cárteles reflejan un cambio estructural: el crimen organizado ya no es solo violento, sino empresarial. Frente a esta transformación, las respuestas deben ser igual de dinámicas, combinando innovación tecnológica, legislación efectiva y vigilancia corporativa.