Jerusalén, Israel — Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) llevaron a cabo un ataque aéreo sin precedentes contra la capital iraní, Teherán, en la madrugada del viernes, como respuesta a lo que las autoridades israelíes calificaron como una amenaza directa a su seguridad nacional.
El operativo, descrito como uno de los más intensos de los últimos años, involucró a más de 50 aviones de combate que sobrevolaron territorio iraní y lanzaron misiles de alta precisión contra objetivos estratégicos, incluyendo centros de mando militar, depósitos de armas y presuntas instalaciones nucleares.
Según fuentes militares israelíes, el ataque fue coordinado con tecnología de inteligencia avanzada y se ejecutó con éxito, logrando impactar los blancos seleccionados sin bajas entre las fuerzas israelíes. Las autoridades iraníes no han confirmado el número de víctimas ni los daños materiales, aunque medios locales reportan múltiples explosiones en distintos puntos de Teherán.
El primer ministro de Israel, en una declaración televisada, sostuvo que la operación fue "una acción defensiva legítima" ante "amenazas inminentes provenientes del régimen iraní". Por su parte, voceros del gobierno iraní han calificado la ofensiva como "una agresión flagrante" y advierten sobre "graves consecuencias" para la región.
La comunidad internacional ha expresado preocupación ante una posible escalada del conflicto en Medio Oriente. Naciones Unidas y varias potencias mundiales han hecho un llamado urgente al cese de hostilidades y al restablecimiento del diálogo diplomático.
Este ataque representa una nueva fase en las tensiones entre Israel e Irán, marcada por años de enfrentamientos indirectos, acusaciones mutuas y temores sobre un conflicto regional de mayores proporciones.