Este Viernes Santo, religiosos católicos proclamaron el Sermón de las Siete Palabras en la Catedral Primada de América en Santo Domingo, donde con las últimas palabras pronunciadas por Jesús antes de morir en la cruz, intercedieron por realidades del país.
Los sacerdotes y religiosas abordaron la realidad económica, política, social, religiosa y cultural de la actualidad que afecta a la sociedad dominicana, con la ausencia de funcionarios del Estado.
Siendo en esta ocasión el perdón, injusticia frente a los migrantes, el sistema de justicia, el sistema de Seguridad Social, posición de la Iglesia, el rol de la mujer en la sociedad, políticos corruptos, indiferencia ante el deterioro de salud mental, costo de la canasta familiar, crisis de Haití y la salud mental el centro de los discursos.
La primera palabra “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”, tomada del evangelio de Lucas, fue pronunciada por el padre Keiter de Jesús Luciano Alcántara de la Parroquia San Juan Bautista, de Mata San Juan, Villa Mella, quien en su interlocución pidió perdón por los que han perdido la fraternidad con los “hermanos”.
Asimismo, pidió perdón a Dios, porque contrario a lo que dice la palabra “sabemos lo que hacemos y esto es lo más triste”, ya que viendo las realidades muchos prefieren cerrar los ojos y taparse los oídos, convirtiéndose en cómplices de los males sociales.
Una nueva ley de seguridad social fue otra de las peticiones, así como perdón por las injusticias y maltratos a los migrantes y la indiferencia mostrada por los cristianos.
De igual forma, pidieron perdón por el sistema de justicia, que es “garantista de quienes pueden pagar y excluyente de los pobres”, aludiendo que para quienes cometen “crímenes callejeros”, se pide mano dura, sin embargo, para los que pecan por “crímenes de salón”, se es más flexible.
Al pronunciar la segunda palabra “Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso”, tomada del evangelio de Lucas, el reverendo padre Gregorio Santana, realizó señalamientos al sistema penitenciario dominicano, aseverando este se encuentra en su “peor momento”.
Deploró que pese al atribuido crecimiento económico del país en los últimos 50 años, se ha vuelto más mezquino el crecimiento moral y espiritual, los que refirió se encuentran “descalabrados”.
En la reflexión de la segunda palabra, también se criticó la educación “que es mala, cara e imprestable”, sistema que está relacionada a los grandes males que sufre la sociedad.
La tercera palabra “He aquí a tu hijo; he aquí tu madre”, tomada del evangelio de Juan, fue pronunciada por sacerdote franciscano Fray José Guerrero, quien exhortó a las mujeres dominicanas a ver en Maria un ejemplo de cómo tiene que ser la mujer de hoy, aludiendo a que las féminas deben revelarse espiritualmente para abolir desigualdades.
En su discurso hizo un paréntesis para hacer un llamado a los hermanos evangélicos, quienes, según explicó, han dejado a María fuera de su casa, “para que junto con nosotros experimenten la ternura, la delicadeza y el amor de la madre del nuevo pueblo de Dios”.
Sor Trinidad Ayala realizó la reflexión de la cuarta palabra, “Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado?”, tomada del evangelio de Mateo, donde la Iglesia atacó la delincuencia y los políticos corruptos, manifestando sobre estos últimos que solo se enriquecen de los bienes del pueblo y cada cuatro años venden esperanzas.
Durante la proclamación de la quinta palabra, “Tengo Sed”, del evangelio de Juan, pronunciada por el diácono de la Parroquia San José de Calasanz, Ángel Cano Sención, la Iglesia Católica manifestó que estos momentos demandan de la solidaridad y valentía, que respete la valentía de los países, aludiendo a la situación de la vecina República de Haití.
En la reflexión de la sexta palabra, “Todo está consumado”, tomada del evangelio de Juan, pronunciada por el diacono de la Parroquia Inmaculada Concepción, Blas Bonilla Morfe, la Iglesia invitó a los ciudadanos y políticos a reflexionar y a cuestionarse sobre los aportes que están haciendo para lidiar con las problemáticas que imperan en el país e identificar si realmente se está logrando el objetivo que se propusieron.
En la reflexión de la séptima palabra, “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, del evangelio de Lucas, la Iglesia Católica pidió a Dios por las víctimas de los incendios registrados en el carnaval de Salcedo y en la Penitenciaria Nacional de La Victoria, hechos registrados a principios de este mes de marzo.
Ángela López, laica comprometida y miembro de la Comisión de Prevención de abuso sexual de menores al leer la reflexión, también pidió por las elecciones del 19 de mayo y “la política malentendida y ejercida”.
Asimismo, intercedieron por los países en guerra, la Iglesia Universal y la Iglesia dominicana.