Santo Domingo, R.D. – Tras el derrumbe del conocido centro de entretenimiento Jet Set, uno de los nombres que más ha circulado en medios y redes sociales es el de su propietario, el empresario Antonio Espaillat. Muchos se preguntan: ¿es realmente culpable de lo ocurrido?
Para responder esa pregunta, primero hay que entender qué significa “culpabilidad” en el marco legal dominicano. Según el Código Penal y las leyes de ordenamiento territorial y uso del suelo, la responsabilidad por una construcción recae en múltiples actores: el dueño del inmueble, el ingeniero estructural, el arquitecto, el maestro constructor, e incluso las autoridades que aprobaron los planos.
🔍 ¿Cuál fue el rol de Antonio Espaillat?
Como propietario de Jet Set, el Sr. Espaillat es responsable de garantizar que la estructura de su negocio estuviese en condiciones adecuadas para operar. Sin embargo, eso no significa que él haya diseñado, construido o supervisado la obra personalmente. En la mayoría de los casos, los propietarios contratan a profesionales técnicos con licencias para esos fines.
A menos que se demuestre que el Sr. Espaillat ordenó omitir procesos legales, presionó para reducir costos a expensas de la seguridad, o ignoró advertencias técnicas previas, su responsabilidad directa sería limitada.
⚠️ ¿Qué dicen las investigaciones?
Hasta el momento, no existe un informe oficial que establezca negligencia o dolo por parte del propietario. La investigación aún está en curso y se espera que arroje luz sobre si hubo fallas en la estructura, errores de diseño, vicios ocultos o simplemente desgaste por el paso del tiempo.
🏗️ El verdadero problema: un sistema sin control
Independientemente de la figura de Antonio Espaillat, este caso ha expuesto una falla más grave: la debilidad en la supervisión estatal de las construcciones. En muchos casos, las edificaciones en República Dominicana son levantadas sin los estudios de suelo requeridos, sin cumplimiento de los reglamentos sísmicos, y con materiales de calidad cuestionable.
Ingenieros estructurales han advertido durante años sobre esta situación, y el caso Jet Set podría ser solo la punta del iceberg.
⚖️ Conclusión
Decir que Antonio Espaillat es culpable sería precipitado e irresponsable sin una investigación concluyente. Su figura puede estar en el centro del debate público por ser el propietario, pero la verdadera pregunta debe ser más amplia:
¿Qué tan seguras son nuestras edificaciones y quién las supervisa?
Cargar toda la responsabilidad sobre una sola persona puede ser injusto y, en muchos casos, una forma de desviar la atención del problema real: un sistema de construcción y fiscalización que necesita ser reformado con urgencia.