Santo Domingo, R.D. – 29 de mayo de 2025
En una reciente entrevista difundida en medios digitales, el ingeniero civil Alex Ramírez de Marchena reveló serias deficiencias técnicas, administrativas y éticas en la construcción del Metro de Los Alcarrizos, generando gran preocupación en sectores técnicos y de la sociedad civil.
Ramírez, exasesor de la OPRET y dirigente político, denunció que la obra presenta fisuras estructurales, problemas de diseño, y fallas en los materiales utilizados, especialmente en la vía en placa, que no fue prefabricada como recomienda la ingeniería moderna. “Una parte de la estructura baila merengue y otra salsa”, expresó metafóricamente para describir la incompatibilidad técnica entre elementos constructivos del metro.
Asimismo, alertó que algunos tramos ya muestran debilitamiento visible, lo que podría comprometer la seguridad de los usuarios una vez entre en operación. Estas fallas obligan a limitar la velocidad de los trenes por riesgo de descarrilamiento.
El ingeniero también denunció que uno de los responsables del diseño de la obra no es ingeniero civil registrado, lo que podría constituir usurpación de funciones profesionales. Se cuestionó además la calidad de la planificación inicial, ya que el proyecto comenzó como un túnel subterráneo y luego fue descartado por la existencia de cavernas y aguas subterráneas, incurriendo en pérdidas millonarias.
Ramírez criticó la falta de coordinación entre múltiples contratistas, lo que, según él, ha causado una “atomización” del proyecto, sin criterios técnicos unificados. Indicó que muchas decisiones se tomaron sin el respaldo de estudios de ingeniería básicos y sin aprovechar la experiencia del metro anterior.
Finalmente, reveló que una licitación para una extensión del metro hacia el Aeropuerto Internacional Las Américas fue cancelada tras sus denuncias, evitando un gasto público de aproximadamente 3,200 millones de dólares en un proyecto sin fundamentos técnicos ni estudios serios.
El ingeniero hizo un llamado al gobierno y al presidente de la República a fortalecer la supervisión técnica de las obras de transporte masivo, priorizar la seguridad y el interés público sobre intereses particulares, y evitar repetir errores que podrían costar vidas y recursos al país.