En las últimas semanas, Pro Consumidor ha salido a la palestra pública al tomar acciones en contra de la empresa Worldcoin, argumentando posibles riesgos relacionados con el escaneo de iris para generar códigos hash. Sin embargo, esta rápida intervención contrasta con la inacción que perciben los ciudadanos en temas más cotidianos y urgentes que afectan directamente al pueblo dominicano.
Por ejemplo, los usuarios han denunciado reiteradamente abusos por parte de empresas de internet, gasolineras y distribuidores de combustible. No existe una garantía clara de que el combustible que se paga sea realmente el que se recibe, y no hay mecanismos efectivos para que los consumidores puedan verificar la cantidad antes de llenar el tanque. Asimismo, múltiples denuncias sobre irregularidades en el pesaje de productos permanecen sin respuesta ni solución concreta.
Si Pro Consumidor puede movilizarse con rapidez para casos como el de Worldcoin, ¿por qué no lo hace para proteger a los consumidores en situaciones más tangibles y recurrentes? El pueblo dominicano merece una institución que defienda sus derechos sin temor ni intereses ocultos. Si quienes ocupan posiciones de poder en Pro Consumidor no pueden cumplir con su trabajo de manera integral y transparente, deberían considerar dar paso a verdaderos defensores del pueblo, comprometidos con los intereses de los ciudadanos.