Puerto Príncipe, Haití – El jefe de la fuerza multinacional liderada por Kenia, encargada de frenar la violencia de pandillas en Haití, declaró el lunes que "no hay margen para el fracaso" y que la misión policial, respaldada por las Naciones Unidas, está comprometida a garantizar elecciones democráticas en la nación caribeña.
En una conferencia de prensa transmitida a nivel nacional, el comandante keniano, Godfrey Otunge, afirmó: "Tenemos un trabajo que nos comprometemos a realizar. Pretendemos lograrlo trabajando en estrecha colaboración con las autoridades haitianas y socios locales e internacionales dedicados a un nuevo Haití". Esta declaración marcó el primer comentario público de la fuerza keniana desde su llegada a Haití a fines del mes pasado.
A pesar de la importancia de la sesión informativa, esta no respondió preguntas de los medios, dejando grandes interrogantes sobre la operación de la fuerza keniana. Su despliegue se produjo meses después de que poderosas bandas tomaran el control de la mayor parte de la capital, Puerto Príncipe, lo que provocó la renuncia del primer ministro.
La misión, que cuenta con el respaldo de la ONU y el compromiso financiero de más de 300 millones de dólares por parte de Estados Unidos, ha enfrentado cuestionamientos desde su inicio. En Kenia, la policía ha sido acusada durante mucho tiempo por organismos de control y testigos de abusos a los derechos humanos, incluso en protestas recientes.
El nuevo primer ministro de Haití, Garry Conille, expresó que la historia de la intervención extranjera en su país es una “mezcla de cosas” que incluye abusos de los derechos humanos y una “falta de respeto por la soberanía y la cultura local”.
Las pandillas han ganado poder desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse el 7 de julio de 2021, y se estima que ahora controlan hasta el 80% de la capital haitiana. El aumento de asesinatos, violaciones y secuestros ha provocado un levantamiento violento por parte de grupos de vigilantes civiles.