Brasil – Un joven de 19 años, con un historial de psicopatologías familiares, ingresó voluntariamente al recinto de felinos del Parque Zoobotánico Arruda Câmara, donde fue atacado y devorado por una leona. La tragedia revela graves fallas en el sistema de salud mental y en los protocolos de seguridad del parque.
El incidente ocurrió cuando el joven escaló la valla de seguridad del recinto y descendió por un árbol hasta alcanzar la jaula de la leona. Visitantes grabaron el ataque, cuyas imágenes se viralizaron de inmediato. Los informes indican que el joven había sufrido problemas psiquiátricos, posiblemente esquizofrenia, y que su familia —que también registra antecedentes de trastornos mentales— había solicitado diagnóstico y tratamiento formal. Sin embargo, durante años fue clasificado únicamente como alguien con “trastornos de conducta”, sin recibir la atención especializada necesaria.
El horror del ataque ha encendido alarmas entre organizaciones de salud mental, que señalan este caso como una manifestación extrema del abandono institucional: la combinación de estigmatización, negligencia médica y fallas en la protección y supervisión resultó fatal. Tras el hecho, la fiscalía del estado de Paraíba abrió una investigación para esclarecer responsabilidades: desde la gestión del parque hasta el acompañamiento sanitario del joven.
Este suceso pone en evidencia las deficiencias estructurales del sistema de salud mental en ciertas regiones de Brasil, donde muchos casos no reciben diagnóstico adecuado ni tratamiento oportuno. Además, cuestiona los protocolos de seguridad de espacios que albergan fauna salvaje, e insta a reflexionar sobre la necesidad urgente de políticas más efectivas de protección y soporte social.
