Ciudad del Vaticano, — El Vaticano ha reafirmado su compromiso de colaborar con Haití, una nación caribeña que enfrenta una grave crisis caracterizada por episodios de violencia, pobreza y una inseguridad generalizada que afecta a sus habitantes.
El Monseñor Juan Antonio Cruz ha destacado la cercanía y el apoyo continuo del Vaticano hacia el país antillano. Desde Estados Unidos, Cruz describió la situación en Haití como profundamente dramática, con problemas sociopolíticos y humanitarios exacerbados por la violencia de grupos armados y la pobreza endémica.
La preocupación del Vaticano se alinea con el reciente llamado del Papa León XIV, quien instó a la comunidad internacional a brindar apoyo tangible para establecer condiciones sociales e institucionales que permitan a los haitianos vivir en paz. Este mensaje fue reiterado tras la oración del Ángelus el 10 de agosto.
La Conferencia Episcopal de Haití (CEH) también ha expresado su preocupación por la situación de violencia en el país. En una declaración emitida el 23 de julio, la CEH calificó de fracaso la gestión del Consejo Presidencial de Transición (CPT), citando el aumento de la violencia protagonizada por pandillas y el consiguiente número de muertos, heridos y desplazados.
El portavoz de la CEH, el padre Marc-Henry Siméon, describió la gobernanza actual como sombría, subrayando que la población ha soportado suficiente sufrimiento debido a los asesinatos, secuestros y violaciones ocurridos en los últimos tres años.
Los obispos han instado a los gobernantes a tomar conciencia de la gravedad de la situación y a adoptar medidas efectivas para el bienestar de la nación. Advirtieron sobre las consecuencias de la división y la falta de cooperación para un futuro mejor. La CEH enfatizó que el crimen organizado se ha extendido por todo el país, mientras que la región metropolitana de la capital está casi totalmente controlada por grupos armados.
La creciente inseguridad ha afectado todas las actividades del país, incluidas las de la Iglesia, y la CEH concluyó que es necesario un esfuerzo colectivo para enfrentar un problema tan arraigado.